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Primera entrega: María Valdez

Publicado el: 08.03.2023
María Valdez María Valdez. Docente Investigadora de la Escuela Universitaria de Artes.

Ver: Entrevista en Youtube

– A 40 años del retorno de la democracia y desde su condición de mujer ¿qué derechos conquistaron las mujeres y cuáles están pendientes?
Más que reseñar todo lo obtenido, voy a señalar, en primer lugar, duna conquista capital de los últimos años: la creación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Si bien antes existieron el Consejo Nacional de la Mujer / (luego llamado «de las Mujeres») y después el Instituto Nacional de las Mujeres, la creación de un Ministerio implica una toma de conciencia sustantiva del Poder Ejecutivo respecto de la función de asesoramiento sobre la erradicación de la violencia de género y, sobre la necesidad de elaboración de políticas públicas nacionales referidas a mujeres y diversidades. Esto es, insisto, importantísimo, porque establece un marco normativo, regulatorio, que atañe a la revisión de toda la estructura del Estado y, concomitantemente, incide, a futuro, en el desarrollo de una ciudadanía más atenta e inclusiva. Es muy difícil cambiar en pocos años matrices ideológicas y epistemes heteronormativas: por eso, en segundo lugar, creo que la existencia del marco regulatorio, al menos, pone un freno a los otrora desmanes y violencias ejercidas sobre mujeres y diversidades. Pero falta muchísimo, muchísimo… Por ejemplo, otra deuda pendiente es la de la equidad económica de género para finiquitar con las desigualdades económica y laborales. La equidad de género todavía no llegó a permear y revisar a fondo, por ejemplo y hasta donde tengo entendido, las restricciones laborales presentes en legislaciones como la Ley 20.477 o la Ley 11.317, que impide que las mujeres desempeñen cierto tipo de trabajos. Por último, creo que también está pendiente un concienzudo trabajo de legislación en políticas publicas que desarrollen una mejor relación entre la vida productiva y/o del trabajo con la vida reproductiva y/o de materpartenidades otras.

– ¿De qué manera la ciencia/la academia/ el trabajo universitario puede contribuir a consolidar la democracia y saldar los pendientes?
Una parte importantísima es la capacitación: las universidades tenemos como misión no solo la formación de profesionales. Es mucho más que eso: profesionales con sentido crítico, con capacidad de pensar sus herramientas de profesionalización específica para transformar la sociedad en un contexto más justo, amoroso e inclusivo para todes. La capacitación es vital. El trabajo universitario debe ser revisitado, creo, desde esta perspectiva. Siempre consideré a las universidades como espacios privilegiados para la construcción comunitaria, territorial y política como parte constitutiva de un ADN solidario, necesariamente solidario. Sé que esto que expreso puede leerse casi «románticamente», pero creo fervientemente que solo así podremos, a través de la práctica reflexiva dentro de las universidades, consolidar la democracia y los vínculos afecto-sociales, curar heridas y apostar por un futuro más venturoso.

– ¿Qué cambios / logros de la mujer reconoce en la carrera científica en su disciplina/desarrollo profesional? Indudablemente, los últimos años han sido capitales para el ámbito universitario en general: aumento del cupo femenino y trans, trabajo sobre el uso de lenguaje inclusivo, acceso de mujeres a cargos más altos en la gestión, por ejemplo y solo por nombrar algunos hechos importantes (y sé que estoy generalizando mucho) que permiten augurar (o al menos ese es mi deseo) un resquebrajamiento de los techos de cristal. Insisto: aun falta mucho para romper ese techo, pero las mujeres y diversidades hemos demostrado más que nadie, creo, que colectivamente llegaremos, tarde o temprano, a tirar abajo ese techo. Para eso sigo y seguimos batallando.